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¡Te ha llegado el turno, oh habitante del país! ¡El tiempo viene, el día está cerca: día de pánico y no de grito de alegría sobre los montes! Ahora, pronto derramaré mi ira sobre ti y agotaré mi furor en ti. Te juzgaré según tus caminos y pondré sobre ti todas tus abominaciones. Mi ojo no tendrá lástima ni tendré compasión. Más bien, pondré contra ti tus caminos, y tus abominaciones estarán en medio de ti. Y sabrán que yo, el SEÑOR, soy el que castiga.

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